Un reto de lo más provocador
Por Marcelo Vázquez Ávila
Porque un niño que se siente escuchado no solo se siente valorado, sino que se convierte en un adulto más fuerte y resiliente.
¿Y si desde pequeños hubiéramos aprendido que fallar no significa fracasar?
Suena provocador, ¿verdad? Pero, ¿quién se encarga de enseñar a un niño a gestionar ese temido monstruo llamado miedo al fracaso?
Hace unos días, tuve una experiencia que me hizo reflexionar profundamente: con un cliente de Coaching que el fin de semana entrena una división de rugby 🏉 infantil de compañeritos de su hijo, Discutimos un tema crucial: las emociones en el deporte infantil. Sí, esas emociones que a menudo quedan en la sombra pero que son fundamentales para el desarrollo de los jóvenes atletas.
Hablamos de frustración, presión y ansiedad… y sobre un aspecto que pocos se atreven a explorar: el mundo emocional de los chicos. Porque, mientras un portero necesita guantes para detener balones, un entrenador requiere herramientas psicológicas para ayudar a sus jugadores a afrontar sus temores.
👉 Durante la charla, nos adentramos en el concepto de ansiedad anticipatoria, esa sensación que se asienta en la mente antes de un partido. Nos dimos cuenta de que pensamientos como “¿Y si fallo?” pueden tener un impacto mucho mayor que un mal pase en el campo. ¡Es un auténtico juego de neuronas!
Compartí algunas técnicas efectivas como la respiración cuadrada, que se utiliza para calmar el estrés y la ansiedad, la reestructuración cognitiva y algo de mindfulness práctico. Herramientas que no solo son útiles, sino que transforman la manera en que los jóvenes enfrentan los desafíos.
Y repito algo de lo que hablo un día sí y otro también en mis sesiones: “Escuchar no es esperar a hablar. Escuchar es entender.” Esa distinción es vital para crear un espacio seguro donde los niños puedan expresar sus emociones sin miedo al juicio.
Porque un niño que se siente escuchado no solo se siente valorado, sino que se convierte en un adulto más fuerte y resiliente.
Así que, ¡a escuchar y a empoderar! ¡El futuro de nuestros pequeños deportistas depende de ello!
Comentarios
Publicar un comentario