Un perfil de Liderazgo


Valero Rivera ha formado un grupo humano que tiene un proyecto común, en el que desde la individualidad se apunta hacia la excelencia colectiva en un ambiente de respeto y comunicación.

Cuentan que cuando el seleccionador nacional de balonmano, Valero Rivera, era estudiante en el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña, sacaba buenas notas en todo, excepto en algunas materias, que se le resistían. Todas ellas tenían algo en común: estaban relacionadas con el balonmano. Más de treinta años después, su trayectoria en este deporte no les da la razón a quienes se resistieron a ponerle buenas calificaciones. Como entrenador, ha conseguido seis Copas de Europa, cinco Recopas, una copa EHF, dos Supercopas de Europa, doce Ligas, ocho Copas del Rey y ocho Supercopas de España, todo con el Barcelona.
Hasta ahora, todos los éxitos los había conseguido Valero como entrenador azulgrana. Entró en el Barça como jugador en 1966, cuando solo tenía 14 años y jugó en el equipo, del que llegó a ser capitán, durante 11 temporadas y ganó ocho títulos. El retiro como jugador no consiguió separarle del equipo de su vida. A la vez que dejaba de ser jugador de balonmano, el presidente del club, entonces Josep Lluís Núñez, le ofrecía la posibilidad de dirigirlo. Valero no lo dudó. Lo que comenzó como una aventura duró casi 11 años llenos de éxito. Su palmarés lo atestigua. Con Rivera en el banquillo, el Barcelona no sólo se ha convertido en un equipo mítico, dominador absoluto del último decenio, sino también en el referente incuestionable.
Valero pasó después por el CAI Aragón y formó una empresa de asesoramiento de jugadores, hasta que en 2008 fue nombrado seleccionador nacional. Valero volvía a sentarse en un banquillo. Sus inicios con España, sin embargo, no fueron fáciles. En el primer gran campeonato que Valero dirigió a la selección se estrelló: acabaron decimoterceros en el Mundial de Croacia 2009. Las dudas no tardaron en saltar, pues aquello era un fracaso demasiado grande para un técnico habituado a las grandes victorias. En el Campeonato de Europa de Austria, en 2010, el juego de la selección mejoró, y acabaron sextos. El Mundial de Suecia se presentaba como un campeonato clave para Valero y para el balonmano español. Con los clubes de la Asobal en una mala situación económica, un nuevo fracaso podría hundir este deporte. España comenzó con dudas, pero fue a más a medida que avanzaba el campeonato hasta conseguir el bronce. Un éxito importante para el balonmano nacional. El enésimo de Valero, aquel chaval al que se le resistían las asignaturas relacionadas con el balonmano.
Convence, no impone. Da razones creíbles. Gestiona bien el error, lo comprende y lo corrige. En cambio, es beligerante con las actitudes. Le rebela que alguien no sude la camiseta. Hay un enorme trabajo detrás de cada acción del equipo, pero se da pie a la creatividad. Entre los jugadores existe un poso de humildad y una gran fortaleza mental, existe disciplina en el grupo, pero que es bien asumida por todos porque forma parte de la filosofía que marca la madurez y el crecimiento humano y deportivo del equipo. Sus planteamientos son extrapolables no sólo a cualquier otro deporte, incluido el fútbol, sino también al mundo de la dirección empresarial.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Historias de vida

¿Que es el Coaching Ejecutivo?

All Blacks: Cambiar la forma en que lideras